Esther Capelo: una historia en primera persona

Como gallega siempre estuve de un modo u otro vinculada al mar, pero mi interés por el surf no surgió hasta los veintipocos cuando marché a trabajar un año a O Grove. En mis días de descanso cogía la bicicleta y me iba hasta la playa de la Lanzada (zona Samar Hotel) donde vi por primera vez en directo a los surfistas, y dejé de sentir lejano ese deporte que veía a veces en la tele. Recuerdo pasar la mayor parte del tiempo observándolos y me preguntaba por que no había chicas en el agua. ¿ donde estaban las novias, hermanas o amigas?, ¿como no estaban en el mar disfrutando de ese modo, como lo hacían ellos?

Hace falta coche, pagar gasolina, traje, tabla… ¡¡¡¡Esto es un lujo!!!! ¿Y si no me gusta? Un buen día me encontré con un amigo y charlando me comentó que iba a clases de surf, Sábados y Domingos con material incluido, con seguro y una cuota anual bajísima al alcance de todos los bolsillos. “esta es la mía” me dije. Para mi sorpresa, mi primer día de clase tuve dos monitoras. Empezaban a aparecer las primeras mujeres en el mundo surfero que comenzaba a rodearme. Y que decir, como imaginaréis , al instante surgió el hechizo, un amarre de amor y de nuevas sensaciones que a día de hoy no afloja. Al poco tiempo ya me había comprado una furgoneta Volkswagen como todo buen surfista debe tener. Mis padres no daban crédito y se preguntaban cuanto tiempo me duraría la tontería. Conocí a Bruno mi compañero de viaje en esta vida, un corchero recién pasado a la tabla, unido al mar no solo por su afición al surf, si no también por su profesión.

   

Llegó la crisis y nos quedamos en paro, sacamos el título de monitores de surf y mientras dábamos clases en mi cabeza no paraba de ronronear el montar en el bajo de la casa un taller de reparaciones de neoprenos y fundas para tablas. Desde bien pequeña me gustan las manualidades y la costura (un pasatiempo heredado de mi abuela) y si es posible reutilizando y dando una segunda oportunidad.

 

Cuando los números ya estaban hechos y todos los preparativos listos, surgieron miedos e inseguridades y quedó en un sueño que se fue desvaneciendo. Pero brotó otra ilusión, que cambiaría mi vida como persona y como surfista. Iba a ser mamá. ¿Y que pasó? Pues aunque era muy idílico surfear con un bombo como veía en los vídeos de youtube, la hipersensibilidad que se da en el embarazo unida al agua fría de las costas gallegas no era compatible, al menos para mí, y menos ponerme el traje de neopreno con aquella barrigola, así que el surf pasó a un segundo plano por un tiempo.

Recuerdo perfectamente la vuelta al agua, fue en la playa de Foxos, un día de sol, pocas olas y viento glass y también recuerdo no haberlo disfrutado. Estaba en baja forma, me costaba remar y coger las olas. En esos momentos Bruno se estaba haciendo un longboard. Nuestro primer tablón como salvavidas para días de verano, shapeado por un amigo surfista y marinero del Grove que se fabrica sus propias tablas. A partir de ahí descubrí una nueva forma de relacionarme con el mar, con las olas, incluso con los otros surfistas, cambié el “eh que voy” por un “dale que vamos”. El fluir mas pausado y relajado que ofrece el navegar un nueve pies lo sentía más acorde con mi nueva vida.

   

Podríamos decir que Iván literalmente ha mamado salitre. Los primeros meses me pasé los baños mirando más a la orilla en vez de las series, esperando en cualquier momento un silbido acompañado por un aleteo de brazos de Bruno que reclamaba que saliese del agua y sin tiempo para endulzarme el chaval cogía el pecho ensalitrado con regusto extraño pero sin hacerle ascos. Ver padres y madres entrar al agua junto sus hijos es una experiencia que anhelo y aguardo con ilusión, aunque por ahora Iván no muestra ningún interés, me conformo con que venga a recibirme al salir del agua con una sonrisa y que disfrute del mar de la manera que a él mas le guste.

   

Y hasta estos días puedo decir que al igual que ha crecido el número de chicas en el agua ha crecido mi amor por el longboard.

Habilidades

Publicado el

22/11/2021